Hay veces en las que el deporte y el ejercicio son una muy buena vía de escape en los momentos más duros de nuestras vidas. Lo que hace que el ejercicio sea algo tan esencial para muchos de nosotros es que nos permite evadirnos y desconectar de todo lo demás, aunque solo sea por un tiempo determinado.
Aparte de la historia de Hannah, hay pocas historias que demuestren el poder curativo tanto físico como psicológico del ejercicio. Hannah es una artista de Eastbourne que se levanta todas las mañanas de madrugada para luchar por su pasión y sanar su cuerpo y su mente.
Esta es la historia de Hannah.
"Ya no lo disfrutaba"
Hannah lleva nadando desde que tiene uso de razón, pero la mayor parte de ese tiempo ha estado limitada a nadar en la piscina de su ciudad.
Hannah dice: “Entrenaba en el club de natación de mi ciudad, donde competí de forma no profesional hasta los dieciséis años".
Aunque era una alumna destacada en su equipo de natación, pasar tanto tiempo nadando en la misma piscina la acabó frustrando.
“Acabé dejando la natación porque simplemente ya no disfrutaba. Los entrenamientos eran muy intensos; entrenaba 5 o 6 veces por semana y perdí la motivación”.
"Me hacía sentir tan, tan viva"
Después de unos años alejada de la natación, Hannah tocó fondo. La pérdida de su abuela y una enfermedad no diagnosticada le hicieron perder toda esperanza y propósito alguno. Pero eso acabó cuando descubrió la natación en aguas abiertas.
"Me dio la oportunidad de trabajar con mis emociones y encontrar la felicidad de nuevo".
La fusión de sentimientos que nació de la combinación de sentir la euforia del agua fría abrazando su piel y de su redescubierto amor por la natación fue todo lo que Hannah necesitaba para por fin procesar todo lo que le estaba pasando y seguir adelante.
“Me encanta el hecho de que cuando estás en el agua fría no puedes pensar en nada más. Solo estás tú y nada más”.
Ni las gélidas aguas del mar abierto fueron capaces de apartar a Hannah de este deporte.
"De hecho, empecé durante los meses más fríos del año. Empecé en enero y el agua estaba helada. Nunca antes había sentido nada parecido. Sinceramente, me hacía sentir tan, tan viva".
"Estuve enferma durante unos cinco años"
La salud mental de Hannah no era lo único que mejoraba con cada entrenamiento en aguas abiertas, sino que también le resultaba cada vez más fácil lidiar con la enfermedad contra la que llevaba años luchando.
“Estuve enferma durante unos cinco años y los médicos no entendían el por qué. Al final decidí visitar a un nutricionista y resulta que tengo unas seis o siete intolerancias alimentarias diferentes, incluida el azúcar, que está prácticamente en todo”.
El hecho de simplemente intentar evitar todas sus intolerancias y esforzarse un día tras otro por encontrar alimentos que pudiera comer dejó a Hannah agotada, y lo peor de todo es que echaba mucho de menos todo lo que ya no podía comer.
“Me resultaba muy difícil vivir así, porque gran parte de los alimentos que no podía comer son una parte muy importante de la dieta de mucha gente”.
Además de ayudarla a aceptar sus intolerancias, nadar en el mar la ha ayudado a seguir adelante.
"La natación en aguas frías me ha permitido regular mucho más mi sistema. Le ha dado un giro total a mi vida y ahora no me compadezco de mí misma a todas horas por todo lo que no puedo comer, sino que siento una gran emoción cada vez que entro a nadar al mar.
De hecho, ahora es la fuerza motriz para nutrir su cuerpo.
“Ahora soy mucho más consciente de lo que como, de cómo afecta eso a mi cuerpo y de cómo puedo cambiar mis hábitos alimenticios para tener energía para nadar siempre que quiera”.
“Ahora me gusta ver el amanecer desde las frías aguas del mar abierto”
La natación en aguas abiertas se ha convertido en mucho más que una vía de escape para Hannah; es una parte importante de su estilo de vida y de su propia identidad. Medita, se da baños de hielo y siente que es parte de algo más grande.
"Es como si me sintiera unida al mar y a la tierra, y la sensación es realmente maravillosa. Sinceramente, no puedo describirlo, es la sensación más increíble que he vivido en mi vida".
Hannah ha reconducido su vida y ya puede volver a hacer planes de nuevo, y todo gracias a la natación en el mar.
“Estoy arreglando una furgoneta con la que espero poder viajar este verano por Inglaterra y participar en todas las competiciones de natación en aguas abiertas que pueda”.
Nuestros artículos están redactados con fines educativos e informativos, jamás deberán tomarse como una consulta médica. Si fuera necesario, en su lugar visite a su médico o a un profesional antes de comenzar a utilizar suplementos o hacer cambios en su dieta.
Traducido por Rubén Del Toro
Evangeline ha sido deportista de competición desde muy joven. Como profesora de vela en RYA, sabe lo importante que es cuidar la alimentación cuando se desempeñan deportes extremos y de resistencia, sobre todo gracias a su experiencia en el equipo olímpico del Reino Unido y como capitana y entrenadora de un equipo universitario.
En su tiempo libre, a Evangeline le gusta practicar el running y correr maratones. Los fines de semana la podrás encontrar o bien practicando deportes acuáticos o haciendo senderismo por alguna montaña. Por las noches le encanta realizar sus entrenamientos HIIT o entrenar pierna en el gimnasio y cenar algo picante con muchas verduras.
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