Las Olimpiadas, Wimbledon, la Champions League, el Tour de Francia… todos son eventos deportivos que reúnen a los mejores deportistas de élite y en ellos se decide quién es el mejor de los mejores en sus respectivos deportes. Sus victorias son tan abrumadoras e impactantes que a veces pasamos por alto cómo lo han conseguido y por dónde han tenido que pasar para llegar a lo más alto.
En esta serie de artículos, la cual hemos bautizado como Road to GOAT, tenemos toda la información de algunos de nuestros embajadores más exitosos y atletas inspiradores sobre cómo llegaron a donde están hoy, que es nada menos que a lo más alto de sus carreras. En este capítulo, la subcampeona del mundo de levantamiento de pesas Laoise Quinn nos cuenta su historia desde el principio, desde sus primeras sesiones de cardio hasta los 147,5 kg en sentadillas que la llevaron a lo más alto, y todo compaginando los estudios a jornada completa.
"Lo mejor que he hecho nunca"
Obviamente, Laoise no empezó levantando más del doble de su peso corporal, sino que empezó (como muchos de nosotros) en la zona de cardio. Además, pasar a la zona de pesas del gimnasio puede ser bastante intimidante para una chica de solo 14 años, pero Laoise lo superó bastante rápido.
"Me aburrí del cardio y pasé a la zona de pesas. La verdad es que me daba mucho miedo pasar a esa zona porque en el gimnasio en el que estaba en ese momento las chicas estaban en un lado haciendo cardio y los chicos en el otro haciendo pesas. Pero me armé de valor y me dije a mí misma: 'no importa, voy a bajar' y fue lo mejor que he hecho nunca".Si bien ese acto de valentía despertó el amor de Laoise por el levantamiento de pesas, al final se aburrió de su rutina y quiso más. Así que se unió a un equipo de powerlifting y enseguida se sintió como en casa.
“Enseguida me sentí como en casa. Ya había practicado otros deportes cuando era más pequeña, como la gimnasia, pero nunca me había encontrado con una comunidad como la del powerlifting".Laoise confiesa que "en realidad era muy mala cuando empecé, pero conseguí un entrenador y me apunté a una competición, y ahora estoy aquí y acabo de ganar el Mundial".
"Ciclo de restricciones y atracones"
Llevar un control estricto de las calorías y los macros puede ser muy pesado a cualquier edad, y si también hay que controlar el peso corporal en función de tu deporte, la combinación de ambos factores puede llevar a unos malos hábitos alimentarios.
A los 14 años, Laoise llevaba un control de las calorías, pero lo hacía por razones equivocadas. Su alimentación se basaba únicamente en su apariencia y reconoce que “su relación con la comida y las calorías era muy mala”.
"Pasé por un ciclo de restricciones y atracones. Entre semana mantenía un consumo muy bajo de calorías y el fin de semana comía de todo en exceso”.“Por ejemplo, recuerdo como si fuera ayer aquellas noches de cine en casa con mis amigas… había el típico plato con dulces en la mesa y mis amigas cogían alguno de vez en cuando, pero yo no podía parar de cogerlos y pensaba, ¿cómo pueden controlarse tanto y coger solo uno de vez en cuando y por qué yo no puedo controlarme?”.
"Comer bien para sentirse bien"
Ese preciso momento con sus amigas y el ver que sus entrenamientos se empezaban a resentir por su mala alimentación fueron dos de los momentos que desencadenaron el cambio de mentalidad de Laoise.
“Consumía muy pocas calorías y me cansaba mucho en los entrenamientos, así que fui cambiando mi mentalidad progresivamente hasta hoy en día, que si noto que estoy cansada a causa de los entrenamientos pienso que es porque necesito ingerir más calorías, así que como más porque sé que me ayudará a mejorar en mis entrenamientos”.Laoise empezó a formarse y a buscar inspiración en personas que estaban pasando o habían pasado por lo mismo que ella. Aprendió a utilizar el conteo de macros en su beneficio y sin obsesionarse, y ahí empezó el cambio.
"Lo primero que hice fue aumentar la ingesta de calorías y enseguida vi un gran cambio. Por fin me estaba alimentando a mí misma y a mi cuerpo como debía, así que no tenía antojos de todas esas cosas que había estado evitando y ahora tenía más margen en mi dieta para, por ejemplo, comer un poco de chocolate por la noche. Ahora no puedo pasar un solo día sin comer chocolate, lo como a diario, incluso antes del mundial. Es más, creo que no podría volver a eliminarlo de mi vida y ¡no quiero vivir una vida sin carbohidratos ni chocolate!".Su mentalidad respecto a la comida y las calorías ha cambiado totalmente. Laoise explica que ahora es capaz de entender que come bien para sentirse bien tanto mental como físicamente.
"Comer bien para sentirse bien es muy importante. Pienso que hay que comer bien para sentirse bien, y eso conlleva comer tanto las verduras como otras cosas más sabrosas como el chocolate, porque las verduras me hacen sentir bien gracias a los nutrientes, pero el chocolate me hace sentir bien porque está delicioso”.
"He encontrado a mi gente"
Detrás de la mayoría de los G.O.A.T. hay un sólido sistema de apoyo. En el caso de Laoise, sus dos entrenadores han tenido un impacto especialmente importante en su vida.
“Era muy joven cuando empecé, y siempre que dudaba de mí misma, mi primer entrenador me tranquilizaba diciéndome 'puedes llegar muy lejos en esto si sigues haciendo exactamente lo que estás haciendo'. Así que creo que tenerlo en mi vida fue algo muy importante"."Luego pasé a otro entrenador y ambos me tranquilizaron y me hicieron creer que podía hablar con ellos si me pasaba algo. Siempre fueron dos personas que aumentaron mi confianza cuando yo no tenía confianza".Laoise también habla de tener que prescindir de los típicos derechos de la adolescencia, como salir de fiesta con sus amigas. Dice que sus amigas la apoyan mucho en sus entrenamientos y que, gracias al powerlifting, ha hecho amigos para toda la vida que comparten sus mismos objetivos.
"No hacía las cosas que hacían mis amigas, como salir de fiesta o cosas así, porque soy bastante estricta con el entrenamiento, así que sentía que me estaba perdiendo ese tipo de cosas. Pero cuando empecé a practicar el powerlifting, me hice amiga de gente que tenía los mismos valores que yo y que trabaja por lo mismo, así que es como si hubiera encontrado a mi gente, y todos trabajamos por lo mismo, es genial".
"Lo tenemos"
Y así fue pasando el tiempo hasta el gran momento, la victoria de Laoise en el campeonato del mundo.
Es difícil imaginar lo que se siente en un momento así, sobre todo si nunca se ha practicado un deporte profesional, y aunque Laoise parece tranquila, calmada y serena, dice que los nervios estaban a flor de piel.
"Estaba tan nerviosa al llegar a las sentadillas que no podía comer ni nada, y les dije a los entrenadores en la sala de calentamiento que por lo menos lo iba a intentar a ver qué salía. Si podía hacerlo, pues genial, y si no podía sería una pena”.Después de sacar una sentadilla de 147 kg, Laoise se fue directamente al press banca y se puso con ello. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había conseguido la victoria.
"Estaba tumbada en el press banca y, creo que fue después del press de banca, cuando miré a mi entrenador, que también es mi novio, y le dije "¿lo tenemos?", y él dijo "oh, lo tenemos", y ahí estaba yo, temblando e intentando contener las lágrimas porque en dos minutos tenía que hacer el peso muerto y no podía creer lo que estaba pasando”.Laoise terminó levantando 77,7 kg en press banca y 155 kg en peso muerto antes de recibir su merecida medalla de oro.
Conclusión
Con solo 18 años, Laoise ya se ha enfrentado a unos cuantos retos increíblemente difíciles en su vida y también ha ganado un título de campeona del mundo junior. A sus 18 años, todavía tiene un largo camino que recorrer hacia el G.O.A.T., pero estamos seguros de que Laoise seguirá ganando muchos más títulos, medallas y trofeos en los próximos años.
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Traducido por Rubén Del Toro