Tener unos objetivos bien definidos es muy importante para conseguir cualquier propósito, ya sea ganar masa muscular, perder peso, o simplemente ponerse en forma. Hay varias formas de plantear un esquema de objetivos, pero, sin duda, el método de objetivos SMART es una de las mejores.
En este artículo, veremos qué son los objetivos SMART (también conocidos como objetivos inteligentes) y cómo pueden ayudarte a conseguir todo lo que te propongas.
Índice:
La importancia de fijarse objetivos
Fijarse objetivos realistas es esencial para conseguir buenos resultados tanto en el ámbito deportivo como en cualquier otro, porque entre muchas otras cosas, te ofrece un propósito por el que esforzarte y te ayuda a mantener la motivación y la concentración en tus entrenamientos.
Los objetivos también son una herramienta muy útil para llevar un seguimiento de los progresos y adaptar los entrenamientos siempre que sea necesario.
¿Qué son los objetivos SMART?
SMART es un acrónimo del inglés que se utiliza para definir las características básicas de los objetivos SMART (Specific (específico), Measurable (medible), Attainable (alcanzable), Realistic (realista), Timely (temporal)). Estos cinco aspectos pueden ayudar a mantenerse en el buen camino, a priorizar y a hacer los cambios necesarios cuando se trabaja con un objetivo en mente.
A continuación, analizaremos cada uno de los objetivos SMART y veremos cómo pueden aplicarse a los entrenamientos para conseguir los mejores resultados.
Específico
El primer paso es ser específico. Está muy bien tener una idea general de lo que quieres conseguir y para cuándo, pero es importante tomarse un tiempo para pensar en cuál es el objetivo específico, ya que eso aumentará las posibilidades de conseguirlo.
Si tu objetivo es estar más en forma, tienes que ser más específico y definir exactamente qué significa "estar más en forma". Por ejemplo, el objetivo puede ser correr 5 o 10 km sin parar, o conseguir hacer 10 flexiones seguidas. No importa cuál sea el objetivo, pero siempre que sepas cuál es, será mucho más fácil conseguirlo.
Medible
El segundo paso es que el objetivo sea medible. Esto significa que se deben establecer objetivos que se puedan controlar fácilmente. Por ejemplo, si tu objetivo es correr 5 km sin parar, es fácil saber si estás progresando midiendo la distancia que puedes correr sin descanso y el tiempo que tardas en hacerlo.
Esto te permite hacer un seguimiento semanal de los progresos y aplicar los cambios que sean necesarios para seguir avanzando hacia el objetivo, y eso también ayuda a mantener la motivación.
Alcanzable
El segundo paso es que el objetivo sea alcanzable. Cuando se establece un nuevo reto, es fácil perder de vista el realismo. Por ejemplo, con los propósitos de año nuevo, la gente tiende a fijarse objetivos muy poco realistas y eso siempre suele acabar igual, en frustración, pérdida de motivación y fracaso.
Es cierto que los objetivos deben suponer un reto, pero también deben estar a nuestro alcance. Por ejemplo, si nunca antes has corrido, fijarse el objetivo de correr un ultramaratón en seis meses no es factible. Es mejor hacerlo de forma más progresiva y fijarse objetivos más pequeños y alcanzables. Puedes proponerte correr 10 km en seis meses y, seis meses después, una media maratón. Es mucho más realista, sin dejar de ser un reto.
Realista
Todas las personas somos únicas, y nuestros objetivos también deberían serlo. Lo ideal es que tus objetivos vayan acordes a tus intereses o tu estilo de vida. De hecho, cuanto más relevantes sean tus objetivos para ti, más probabilidades tendrás de cumplirlos.
Por ejemplo, si te pones como objetivo correr un maratón, pero en realidad no te gusta correr, ¿no podrías buscar otro objetivo más adecuado para ti? Uno con el que disfrutes y quieras perseguir día a día. Si no te gusta el running, puedes probar la natación o el ciclismo.
Del mismo modo, si te comprometes a hacer ejercicio seis veces por semana, pero te resulta difícil compaginarlo con la familia y el trabajo, seguramente haya otras alternativas más adecuadas a tus circunstancias.
Temporal
El último paso de los objetivos SMART es fijar marcas de tiempo para llevar un mejor control de los progresos. No te limites a fijar un objetivo final y confiar en que lo conseguirás en un plazo concreto. En lugar de eso, establece plazos de tiempo, por ejemplo semanales, para ir cumpliendo pequeños objetivos de forma progresiva. Este simple gesto te ayudará a planificar mejor tus entrenamientos y a mantener una estructura más sólida de tus metas.
Establecer un calendario con plazos de tiempo también te permite reevaluar tu objetivo en función de los progresos. Por ejemplo, si no estás cumpliendo los pequeños objetivos que te habías fijado inicialmente, puedes hacer una reestructuración del plan y adaptarlo a la situación actual para no desesperarte y perder la motivación. Aunque tardes un poco más en conseguirlo, al final lo conseguirás.
Conclusión
Uno de los factores que más contribuyen para conseguir buenos resultados a largo plazo es fijarse unos objetivos bien definidos. Implementar el método SMART puede ayudarte a fijarte objetivos específicos y con plazos de tiempo realistas que te permitan progresar de forma gradual, reestructurando el plan siempre que sea necesario.
Puede llevarte algún tiempo saber cuáles son tus objetivos SMART, pero si inviertes el tiempo necesario al principio para fijarte unos objetivos sólidos, es mucho más probable que los consigas.
¿Te ha gustado este artículo?
No te pierdas estos otros:
Nuestros artículos están redactados con fines educativos e informativos, jamás deberán tomarse como una consulta médica. Si fuera necesario, en su lugar visite a su médico o a un profesional antes de comenzar a utilizar suplementos o hacer cambios en su dieta.
Traducido por Rubén Del Toro