Si estás leyendo este artículo es porque probablemente hayas sufrido una rotura de peroné, o conoces a alguien que la haya padecido. La rotura de peroné es también conocida como la fractura del corredor ya que las personas que practican el running son más propensas a sufrirlas.
La fractura de peroné por desgracia es bastante frecuente y, en general, está causada por un volumen excesivo de ejercicio, de ahí que se llame la fractura del corredor, o bien un impacto directo en el hueso o por realizar ejercicios con una carga excesiva y que estos ejerzan una presión sobre el hueso y este ceda.
Lo primero es darte ánimos en tu recuperación y decirte que de todo se sale, también mandamos optimismo porque podría ser peor… la rodilla es un periodo más largo y doloroso al igual que la tibia, ya que esta es la encargada de sujetar el peso del cuerpo y no es como el peroné que “solo” es un apoyo.
De hecho, puede darse la situación de que tengas el peroné roto y puedas hacer ejercicio, es decir, si tengo una pequeña rotura en este hueso, o una fisura, notarás un dolor agudo e intenso pero podrás apoyar el pie en el suelo. No obstante hay que tratarlo.
Como decíamos en las líneas anteriores, es una faena romperse este hueso y hay que tener mucha paciencia de cara a la rehabilitación, la pregunta clave es: ¿Doctor cuánto me queda? ¿Cuándo podré hacer deporte?
Esa es la gran incógnita, pero mentalízate que menos de un mes es prácticamente imposible. En las siguientes secciones analizaremos tipos de rotura y lo más importante, cómo sobreponernos a esta lesión y recuperarnos completamente de una rotura de peroné.
Índice:
Tipos de rotura de peroné
Sin duda, esto es un factor determinante y crucial de cara a las siguientes líneas, puesto que dependiendo como sea nuestra fractura (y la gravedad de la misma) el periodo de recuperación será más o menos largo.
Como primera aproximación podremos dividir en dos tipos de lesiones, inmovilización del pie u operación. Estas lesiones muchas veces requieren la inmovilización del pie durante un tiempo determinado bien sea mediante el uso de escayola o férula y otras requieren operar para colocar el hueso.
En caso de que sea una fractura abierta, o una fractura con desplazamiento habrá que operar si o si, puesto que una fijación no será suficiente.
No obstante este tipo de lesiones acarrea que cuando pasamos esa primera fase (operación/inmovilización) tengamos que someternos unas sesiones de fisioterapia o realizar ejercicios específicos para recuperarnos de la rotura de peroné ya que en ambos casos el objetivo es el mismo: recuperar la movilidad por completo y poder caminar sin sentir dolor, es decir, volverá la situación de antes de la lesión.
Cómo recuperarnos
Antes de enunciarte una serie de pasos y recomendaciones queremos transmitirte nuestro ánimo ya que lo que más te va a ayudar a recuperarte de esa rotura de peroné es la paciencia, hacer la rehabilitación a rajatabla y seguir las indicaciones de nuestro medico/fisio.
Los primeros consejos que vamos a dar los puedes usar DURANTE la primera fase de la lesión, es decir, mientras estas inmovilizado hayas requerido o no de una intervención.
Te recomendamos que muevas frecuentemente las articulaciones de la pierna, es decir, que intentes mover la pierna al completo (obviamente la zona inmovilizada no se puede) pero el resto de la pierna si, incuso los deditos, para favorecer la circulación y acelerar el procedimiento de recuperación.
Además, así el riego sanguíneo se mantendrá constante y evitaremos que luego se nos caiga la piel
Cuando visites por primera vez al fisio y empieces la rehabilitación, no podrás hacer ejercicios con pesas y/o resistencia. El entrenamiento en esta fase tan prematura se centra en la flexibilidad y la movilidad para evitar recaer de la lesión.
El fisio nos dirá que ejercicios debemos realizar, cuantas repeticiones, y con cuanta frecuencia. No obstante en las próximas líneas nosotros te vamos a dar unos pequeños consejos para que te sirvan de ayuda.
Además, nos gustaría resaltar que además de los ejercicios hay técnicas, cada vez más, que favorecen la recuperación y aceleran el proceso. Algunas de ellas son:
Usar técnicas de taping o vendaje, es común ver a futbolistas de élite, u otros deportistas con este tipo de técnicas de vendaje.
El empleo de magnetorerapia para favorecer la consolidación ósea, y el trabajo con radiación de calor (termo terapia).
Movilización pasiva para favorecer la amplitud del movimiento, ya que como veíamos antes la flexibilidad en este punto es clave.
Baños de contraste, es decir, agua caliente y después agua fría y repetir este proceso sucesivas veces.
Realizar ejercicios de fisiokinesiterapia para mejorar nuestro equilibrio y flexibilidad.
Decálogo de ejercicios
Una vez fijados los conceptos vamos a proponerte un decálogo para que hagas con éxito tu recuperación.
- Isométricos de cuádriceps, es decir, contraer el muslo. Durante unos 10 segundos deberemos hacer fuerza con el muslo (estando tumbados boca arriba) hacia la cama para dar fuerza a la pierna
- Elevación de pierna. Elevar de manera suave y progresiva, mientras estamos tumbado, la pierna
- La “T”: estando tumbado en la cama boca arriba dibuja una T con el pie. Es decir, eleva el pie y una vez este el mismo apuntando hacia arriba muévelo a los lados.
- Flexión dorsal y plantar, para este ejercicio no tenemos que estar tumbado, podemos hacerlo mientras vemos la TV, aunque es evidente que tumbados es muy cómodo. Ya que en este ejercicio deberemos estirar el pie lo más que podamos, como si quisiéramos alejarlo de nosotros
- Rotación del pie, mientras estoy tumbado (o con la pierna estirada) tendré que girar el pie haciendo círculos para que poco a poco aumente la movilidad del pie.
- Potenciar ligamentos en una tabla de equilibrio, estando sentado apoyamos ambos pies en una tabla de equilibrio. Poco a poco iremos fortaleciendo los ligamentos y la movilidad del pie.
- Empuje de rodillas: estando sentado sobre los talones tendré que empujar mi cuerpo hacia arriba, notaré como el gemelo se tensa. Este ejercicio podré hacerlo cuando ya esté avanzado en la rehabilitación.
- Estiramiento del sóleo, estando de pie frente a la pared tendré que flexionar ambas rodillas hacia atrás mientras el peso del cuerpo recaerá sobre la punta de los dedos
- Isométrico lateral, este ejercicio es mayoritariamente para fortalecer el abdomen pero mientras lo realizo tendré que mover la pierna lesionada hacia arriba. Es decir la pierna “buena” es la que se mantiene de apoyo mientras que la “mala” es la que muevo
- Hidroterapia. Es decir, ejercitar en el agua nuestras articulaciones para mejorar la lesión. Esto es muy positivo puesto que el agua reduce la presión de la gravedad sobre tu pierna, es decir, es un método menos agresivo que trabajar “al aire” y además me permitirá entrenar más tiempo que en tierra y de ese modo podré ganar un plus de resistencia y aportar una solidez optima a nuestro peroné. Si puedes acudir a una clínica de rehabilitación que tengan piscina perfecta, puesto que así podrás practicar esta técnica, no obstante, puedes acudir a una piscina pública o intentarlo en la bañera de tu casa. La clave es que te cubra la pierna y puedas realizar ejercicios, como por ejemplo mantener el equilibrio, y de ese modo beneficiarnos de lo expuesto en las líneas anteriores.
Una vez superada la rotura de peroné queda una última parte, lo que se conoce como vuelta a la normalidad, volver a hacer deporte y ejercitarnos sin miedo a recaer.
Esto no suele ser habitual, es más, numerosos estudios confirman que el lugar por donde se ha roto un hueso se calcifica y es prácticamente imposible que vuelva a romperse por ahí, por lo tanto, ¡mucho ánimo y disfruta de tu recuperación!
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Falk Mersmann, Sebastian Bohm, and Adamantios Arampatzis. Imbalances in the Development of Muscle and Tendon as Risk Factor for Tendinopathies in Youth Athletes: A Review of Current Evidence and Concepts of Prevention. Front Physiol. 2017; 8: 987.
Escrito por Óscar Marazuela