Contar o no contar calorías, esa es la cuestión para muchos amantes de la nutrición. Puede parecer una práctica trivial, pero el recuento calórico y nutricional posee cierta transcendencia en el mundo de las dietas y la salud.
Esta práctica es notablemente alabada por algunos, pero también calificada como un auténtico despropósito nutricional para otros especialistas. En el artículo de hoy analizamos las implicaciones, ventajas y desventajas que puede tener el recuento calórico hacia la salud humana.
Índice:
¿Qué es contar calorías?
Cuando hablamos de “contar calorías”, nos estamos refiriendo a la práctica consistente en revisar minuciosamente los etiquetados alimentarios de los productos que consumimos, haciendo cálculos basándonos en las cantidades de alimentos que comemos para así controlar con precisión el número de calorías que nos metemos en el cuerpo.
Mediante estos cálculos, suele ser pesada la cantidad de alimento que incorporamos al plato, multiplicando dichos gramos según los valores indicados en la clásica tabla de composición nutricional, donde los distintos componentes del alimento aparecen catalogados para 100 gramos de alimento.
Recuerda que para hacer tu recuento de macronutrientes puedes utilizar la calculadora de macros de Myprotein.Etiquetado alimentario: ¿qué debe incluir?
El recuento calórico, y de nutrientes en general, no sería posible en el mundo cotidiano sin la presencia del etiquetado alimentario tal y como lo conocemos en la actualidad.
Por ello, conviene saber que en la Unión Europea la información facilitada al consumidor mediante los envases alimentarios se rige por la legislación del Reglamento 1169/2011.
En dicha normativa se especifican los elementos indispensables que debe contener la etiqueta de un alimento, como por ejemplo el peso neto, la fecha de caducidad o el listado de ingredientes. La tabla nutricional o de composición alimentaria también es otro de estos elementos obligatorios, y debe contener obligatoriamente los siguientes componentes:
- Grasa por cada 100 gramos de alimento.
- Grasa saturada por cada 100 gramos de alimento.
- Hidratos de carbono por cada 100 gramos de alimento.
- Azúcares por cada 100 gramos de alimento.
- Proteína por cada 100 gramos de alimento.
- Sal por cada 100 gramos de alimento.
Otros elementos como la fibra dietética, las cantidades de ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, el almidón o las vitaminas y minerales son opcionales, por ello en algunos etiquetados no aparecen reflejados.
A modo de curiosidad, realmente no es obligatorio que la información se muestre como una tabla tal y como la conocemos en la mayoría de casos. Es aceptable por legislación mostrar los componentes y su valor calórico en un listado o enumerados.Cuándo sí contar calorías
Retomando la temática central del artículo, es importante reflexionar sobre la utilidad práctica que puede tener un recuento calórico y de nutrientes dentro del contexto de una dieta o estilo de vida saludable.
Contar calorías y nutrientes puede servirnos para conocer de forma mucho más precisa qué estamos comiendo y, sobre todo, en qué cantidades exactas. Esto es muy importante en una rutina, ya que habitualmente la población media tiende a infravalorar la cantidad de alimentos que ingiere.
La precisión en el pesado de alimentos no es un don al alcance de cualquiera. Por ello, con la práctica recurrente del conteo de calorías, nos será mucho más fácil afinar la puntería. Esto es aplicable tanto si mantenemos el recuento calórico durante un periodo de tiempo limitado como más prolongado.
Sin lugar a dudas, el recuento de calorías y nutrientes resulta clave dentro del mundo de la nutrición deportiva. En estos contextos, donde el éxito y la excelencia puede estar marcada por detalles mínimos, mantener un control más estricto del habitual sobre nuestra alimentación puede traer resultados positivos.
Para que contar calorías sea una práctica fructífera, es importante que estemos debidamente entrenados en dicha tarea. Para ello, puede ser interesante contar con el apoyo de un profesional sanitario especialista en dietética y nutrición, como pueden ser las figuras profesionales del Dietista y Dietista-Nutricionista.
Contar calorías y nutrientes puede ser interesante para tomar conciencia de qué y cuánto estamos comiendo realmente.Casos donde sí es interesante contar calorías
- En la planificación dietética de deportistas de alto nivel.
- Cuando se busca la educación nutricional del paciente.
- Para aprender a conocer la composición de los alimentos.
- En casos de pérdida de peso o de aumento de masa muscular, sobre todo en las primeras fases, para familiarizarse con las raciones y las cantidades de alimentos.
Cuándo no contar calorías
A pesar de todo lo comentado previamente, contar calorías no tiene por qué ser siempre una práctica recomendable.
Contar calorías, en el contexto de la población general que no compite deportivamente a un nivel alto, podría resultar una práctica poco productiva o incluso negativa. En algunas personas es probable que contar en todo momento lo que está comiendo sea una práctica estresante o aburrida.
Por ello, es importante que estos protocolos estén guionizados por un profesional adecuado, y que no se hagan a la ligera por cuenta propia.
Por ejemplo, dentro de un plan de pérdida de peso para personas con obesidad, podría ser interesante establecer un sistema de conteo calórico y de nutrientes para que la persona desarrolle cierta familiaridad con la alimentación saludable, aumentando sus conocimientos y sabiduría en torno a la cultura gastronómica.
Sin embargo, a largo plazo, la idea es que la persona adquiera cultura de la alimentación y no necesite pesar raciones para saber si está comiendo de forma saludable o no.
Contar calorías también puede ser negativo en algunas personas sin supervisión profesional, por ello, lo mejor será siempre consultar con un especialista cualificado que nos ayude a hacerlo correctamente.Casos donde no es interesante contar calorías
- Cuando percibimos cierta obsesión en el control del peso.
- Cuando ya hemos desarrollado cierta adherencia hacia una alimentación saludable y conocemos el peso de las raciones sin necesidad de usar la báscula.
- En general, cuando ya tenemos un patrón de dieta saludable y no estamos buscando objetivos de pérdida de peso o ganancia de masa muscular.
Conclusión
A largo plazo, probablemente, esta práctica no sea necesaria, ya que el individuo habrá desarrollado capacidades suficientes para conocer las cantidades recomendadas de una ración, sin pasarse, siendo de esta forma mucho más autosuficiente y sin depender en todo momento de una báscula para cocinar.
La educación nutricional debe perseguir la consecución de hábitos saludables a largo plazo, por ello debemos considerar el recuento de calorías como una estrategia efectiva dentro de algunos contextos, pero no definitiva ni aplicable en todas las circunstancias.
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Nuestros artículos están redactados con fines educativos e informativos, jamás deberán tomarse como una consulta médica. Si fuera necesario, en su lugar visite a su médico o a un profesional antes de comenzar a utilizar suplementos o hacer cambios en su dieta.
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4. Reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor: https://www.boe.es/doue/2011/304/L00018-00063.pdf
Escrito por Mario Sánchez