Estamos celebrando que ya somos 8 millones de clientes.
Liam, de 27 años, de Newcastle, tiene una afección ocular hereditaria llamada retinitis pigmentosa, una afección que hace que pierdas la vista. Con la ayuda de su perro guía y el gimnasio, ha encontrado una nueva pasión y un propósito para seguir adelante."Mi vista se deterioró bastante rápido, pero cuando era más joven no usaba un palo ni nada y podía jugar al fútbol. Fue durante mi último año de universidad cuando realmente empecé a luchar y tuve que utilizar mi bastón y ponerme en la lista de espera para un perro guía.
Acabé la universidad y todavía tuve que esperar un año aproximadamente para tener un perro guía y durante ese año no hice nada.
"En realidad, no podía salir de casa y no confiaba mucho en mí mismo".Cuando conseguí mi primer perro guía, buscaba algo que hacer y alguien me sugirió ir al gimnasio, así que lo probé. Al principio me intimidó bastante porque intentaba entrenar yo solo, pero realmente no sabía lo que hacía.
Al principio, en el gimnasio no querían dejarme entrar solo y me convencieron para contratar un entrenador personal. Estuve así durante un tiempo, pero, sencillamente no podía pagarlo.
Seguí buscando y encontré un gimnasio en el que sí podía entrenar solo. Me ha dado más seguridad el saber que hay personas que te ayudan y que nadie se enfada por tu situación.
La mayoría de personas te ayudan y quieren que estés bien.
Al final, acabé volviendo al primer gimnasio en el que no me dejaban entrar solo. Tenían un gerente nuevo y no les gustó nada enterarse de que no me habían dejado entrar solo anteriormente. Empecé a ir allí de nuevo e hice nuevos amigos, de hecho, acabé trabajando en ese mismo gimnasio.
"Cuanto más me implicaba en los entrenamientos, más confianza ganaba en mí mismo".Mi mentalidad también cambió completamente: ya no me sentía tan deprimido conmigo mismo y me sentía mucho más seguro gracias a las personas que estaba conociendo, personas que ahora son amigos y compañeros de entrenamientos.
Buscaba algo que creyese que podía hacer, porque evidentemente, buscar trabajo es, en el mejor de los casos, difícil.
La gente del gimnasio me decía que yo les estaba enseñando cosas que ni ellos mismos sabían, hasta tal punto que los gerentes del gimnasio me propusieron trabajar allí como entrenador personal. Pensé que no tenía nada que perder y acepté el trabajo.
Aprender algo nuevo siempre es un poco más difícil. Seguramente, gasto más tiempo buscando mancuernas y poniendo los discos en la barra que entrenando y, mis entrenamientos suelen durar el doble de tiempo por el simple hecho de que tengo que buscar más las cosas.
Lo más difícil es intentar no perder la motivación y pensar que ya no me van a molestar.
También intento planificar mis entrenamientos evitando las horas puntas, porque si voy a esas horas con más afluencia de gente, no podré entrenar bien. Con los clientes es distinto, porque les hago ir a ellos a por el material.
"La gente da por sentado lo fácil que es encontrar lo que estás buscando en el gimnasio".Simplemente tienes que pensar en lo que quieres hacer y vas y lo haces. Yo tengo que cambiar eso completamente, porque si quiero hacer un ejercicio pero no encuentro el material que necesito, me hace sentir mal porque tengo que cambiar el plan y hacer otra cosa.
El día que me pasa eso, me da la sensación de que no me he esforzado al máximo por el simple hecho de no haber encontrado lo que buscaba.
También hay que tener en cuenta que me paso gran parte del tiempo esquivando las pesas que la gente deja por el suelo. La verdad es que no sé cómo no me he lastimado más entrenando.
De hecho, he dejado el trabajo de entrenador personal porque ahora quiero enfocarme más en ser fisioterapeuta y masajista deportivo.
Me gustaría poder ayudar a las personas a superar lesiones y cosas así. Personalmente, creo que hay muchas más oportunidades de ayudar a las personas que sufren dolores diarios en ese sentido.
Además, fue bastante difícil venderme como entrenador personal cuando hay tantos otros entrenadores que pueden ver y son más rápidos.
En cuanto a mi propio entrenamiento, estoy haciendo una rutina de tirón/empujón de seis días con descansos de un minuto y también hago muchos ejercicios compuestos.
Una de las cosas con las que más tengo que pelear es que mi sentido del equilibrio es muy diferente al resto, por lo que, durante mucho tiempo pensaba que tendría que practicar más las cuclillas, pero al final decidí que no.
Pasé tanto tiempo intentándolo y creyendo que era lo que tenía que hacer porque la gente me decía que tenía que hacerlo, que al final lo antepuse a otras cosas que quizá podrían haberme dado mejores resultados.
"Lo más difícil en mi situación ha sido aprender a cocinar; fue muy, muy difícil".Para poder cocinar y hacerlo bien, tienes que ver lo que estás haciendo. Mis comidas se basan en prácticamente cualquier cosa que pueda hacer al horno, como pollo y boniato. Es la misma comida insípida todos los días.
Todavía vivo con mis padres, los cuales me ayudan mucho. Realmente, fueron de gran ayuda y seguramente me hubiera rendido si ellos no me hubieran ayudado tanto.
Mi consejo para los que empiezan a ir al gimnasio es que tengan paciencia, que no tengan prisa.
Las personas que se apuntan con sus amigos pueden pensar que, como sus amigos ya llevan tiempo yendo y levantan más peso, ellos también tienen que hacerlo y se olvidan de lo básico.
Al esforzarse muy por encima de sus capacidades, se lesionan y eso fulmina la motivación por el gimnasio.
Descubrí que la gente se preocupa por el hecho de que los demás los miren y entiendo totalmente su preocupación.
Cuando empecé a ir al gimnasio, sabía de antemano que, obviamente, iría con el perro guía y la gente me miraría, por eso no quería hacer el ridículo. A día de hoy, sigo haciéndolo.
Mi perro se llama Harley, es muy popular y a veces me preocupa que pueda distraer a la gente de sus entrenamientos".
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Traducido por Rubén Del Toro
Evangeline ha sido deportista de competición desde muy joven. Como profesora de vela en RYA, sabe lo importante que es cuidar la alimentación cuando se desempeñan deportes extremos y de resistencia, sobre todo gracias a su experiencia en el equipo olímpico del Reino Unido y como capitana y entrenadora de un equipo universitario.
En su tiempo libre, a Evangeline le gusta practicar el running y correr maratones. Los fines de semana la podrás encontrar o bien practicando deportes acuáticos o haciendo senderismo por alguna montaña. Por las noches le encanta realizar sus entrenamientos HIIT o entrenar pierna en el gimnasio y cenar algo picante con muchas verduras.
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