El entrenamiento funcional puede ayudar a mejorar nuestra calidad de vida porque, entre otras cosas, mejora la capacidad de gestionar las tareas físicas diarias, lo que puede ayudar a evitar, por ejemplo, posibles problemas como el dolor lumbar. En este artículo, veremos los beneficios del entrenamiento funcional y te ayudaremos a determinar si es el tipo de ejercicio más adecuado para ti.
Índice:
- ¿Cuál es la definición de entrenamiento funcional?
- ¿En qué se diferencia del entrenamiento no funcional?
- ¿Cuáles son sus beneficios?
¿Cuál es la definición de entrenamiento funcional?
El entrenamiento funcional es un término general para definir los ejercicios que ayudan a facilitar la ejecución de las actividades cotidianas. Por lo general, esta definición incluye ejercicios compuestos como sentadillas, flexiones, dominadas y zancadas, ya que son los que mejor se adaptan a las actividades cotidianas (por ejemplo, levantar y mover una caja pesada). Básicamente, el entrenamiento funcional intenta simular los movimientos o situaciones que suponen o pueden suponer un reto en el día a día, con el objetivo principal de mejorar la capacidad de afrontar este tipo de situaciones.
Un problema muy común en la industria del fitness hoy en día es cómo se ha convertido el término "Entrenamiento Funcional" en una palabra de moda para definir esos ejercicios tan enrevesados que no tienen ningún propósito real más que el de atraer la atención en las plataformas de medios sociales. Si bien no podemos considerar cualquier tipo de entrenamiento como “funcional”, el entrenamiento funcional debe ser sencillo y accesible, ya que el objetivo es mejorar la calidad de vida de cualquier persona.
¿En qué se diferencia del entrenamiento no funcional?
El entrenamiento funcional suele consistir en ejercicios compuestos que se centran en la sobrecarga progresiva de los movimientos cotidianos, como las zancadas, las sentadillas/peso muerto (para mejorar la fuerza de la cadena posterior y la propiocepción) y las flexiones.
El entrenamiento no funcional suele incluir otros ejercicios de aislamiento como por ejemplo el curl de bíceps, cuyo propósito es principalmente estético y no el de ayudar a una persona a facilitar la ejecución de las tareas cotidianas. Sin embargo, esto depende del objetivo del entrenamiento funcional. Por ejemplo, si el curl de bíceps te puede ayudar a realizar las tareas diarias con mayor facilidad (por ejemplo, una persona mayor que recoge a sus nietos pequeños), también puede clasificarse como "entrenamiento funcional".
Cualquier ejercicio que te ayude a mejorar tu fuerza y eso te ayude a realizar las tareas diarias, será un ejercicio funcional. Pero no te dejes llevar por ejercicios ridículos que no sirven para nada, como las sentadillas con barra sobre un balón de estabilidad, porque lo único que conseguirás es lesionarte.
¿Cuáles son los beneficios del entrenamiento funcional?
A continuación, analizaremos algunos de los principales beneficios del entrenamiento funcional.
Adaptaciones del entrenamiento de resistencia
Al igual que con cualquier tipo de entrenamiento de resistencia, el entrenamiento funcional produce adaptaciones de entrenamiento beneficiosas para la salud y el rendimiento generales. Por ejemplo, el aumento de la masa muscular, el aumento de la densidad ósea, la gestión de la composición corporal y la mejora de la resistencia cardiovascular contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades. Esto es especialmente importante en las personas de edad avanzada, donde procesos como la sarcopenia y la osteopenia provocan una pérdida gradual de densidad muscular y ósea como resultado del envejecimiento. El entrenamiento de resistencia en general puede mitigar estos procesos, ayudando a reducir el riesgo de caídas y lesiones como las fracturas óseas.
Reduce el riesgo de lesiones
La mejora de la fuerza y la resistencia de la zona central del cuerpo (core) propia del entrenamiento funcional puede ayudar a proteger la espalda ante otros tipos de ejercicio que nos pueden exponer a un riesgo adicional de lesiones. La mejora de la flexibilidad y la fuerza como resultado de este tipo de entrenamiento también puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones como las distensiones musculares.
Ideal durante la rehabilitación de lesiones
Si te encuentras en pleno proceso de rehabilitación de una lesión, el entrenamiento funcional puede ser una buena opción para ti, ya que incide en el control de los patrones de movimiento. El entrenamiento funcional te puede ayudar a recuperarte de una lesión o simplemente a reforzar el patrón de movimiento que pueda estar causando dolor o molestias.
Mejora la competencia motriz
El aumento de la fuerza del core, la potencia muscular y la propiocepción también se aplican al rendimiento deportivo, sea cual sea el deporte que se practique. Muchos programas modernos de entrenamiento de resistencia se centran demasiado en los ejercicios de tipo culturista, con el único objetivo de aumentar la masa muscular. Pero, aunque este tipo de ejercicios también son una parte importante del entrenamiento, el entrenamiento funcional ayuda a mejorar la competencia motriz, lo que significa que se puede cumplir mejor con las exigencias de cualquier deporte o actividad diaria.
Conclusión
El entrenamiento funcional es cualquier tipo de ejercicio que te ayude a afrontar las tareas diarias con más facilidad, reduciendo al mismo tiempo el riesgo de lesiones. Para implementar el entrenamiento funcional en tu rutina de entrenamiento y aprovechar sus muchos beneficios, simplemente analiza cuáles son tus necesidades y compáralas con tus capacidades actuales. Utiliza el entrenamiento funcional para cubrir cualquier carencia y mejorar tu calidad de vida.
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Traducido por Rubén Del Toro