Cuando realizamos cualquier entrenamiento sea cual sea nuestro objetivo, este está planificado según unos principios que rigen toda actividad física, como por ejemplo el principio de supercompensación. Estos principios básicos del entrenamiento deben ser tenidos en cuenta para poder conseguir nuestro objetivo y realizar un entrenamiento más eficaz y efectivo.
Uno de estos principios es la supercompensación, clave para entender cómo afecta el entrenamiento a nuestro cuerpo. En el artículo de hoy analizaremos estos principios y la teoría de la supercompensación.
Índice:
Principios del entrenamiento
La actividad física y el deporte se han convertido en un campo donde se producen continuas investigaciones para averiguar los elementos que influyen en el entrenamiento.
Dichas investigaciones a lo largo del tiempo han ido presentando evidencias que han terminado por crear una serie de principios que nos guían para conseguir nuestros objetivos.
Hablando de manera genérica, podemos distinguir entre principios pedagógicos, que afectan más a la metodología; y principios biológicos, que afectan más a las adaptaciones producidas por el organismo.
Dependiendo el autor en el que nos basemos, la clasificación de los principios incluirá unos u otros. La clasificación más utilizada en nuestro ámbito para los principios biológicos distingue 9:
Principio de la Unidad Funcional. Hay que tener en cuenta que todo órgano, sistema o aparato están relacionados. Por lo que debemos tener en cuenta que el entrenamiento afectará al conjunto del cuerpo.
Principio de multilateralidad. Este principio se basa en una progresión de lo general a lo específico. Es muy importante sobre todo en edades tempranas.
Principio de especificidad. Una vez asumidas las bases generales del entrenamiento, este principio recalca que debemos entrenar las cualidades físicas y en condiciones concretas que serán demandadas.
Principio de sobrecarga. Este principio se basa en la Ley Schultz-Arnold, que nos indica que los estímulos deben superar un cierto nivel de esfuerzo para establecer el intervalo eficaz de estimulación.
Principio de continuidad. Para alcanzar niveles óptimos, el entrenamiento debe ser continuo, pero siempre respetando los periodos de descanso y/o recuperación.
Principio de progresión. Trata sobre la relación proporcional entre la carga, la adaptación y el rendimiento. Las exigencias planteadas al deportista tienen que aumentar de forma sistemática.
Principio de la individualidad. Consiste en adaptarnos a las características de los sujetos que van a ser entrenados. Cada persona reacciona de manera diferente a cada entrenamiento.
Principio de recuperación. Después de aplicar una carga se necesita un periodo de recuperación para garantizar que se produzca una adaptación.
Principio de supercompensación. Este principio lo estudiaremos más profundamente en el siguiente apartado.
Principio de supercompensación
El principio de supercompensación se refiere principalmente al equilibrio entre entrenamiento y recuperación, que se mantiene durante dos o tres días y que es esencial para entender el proceso de entrenamiento.
El principio de supercompensación se basa principalmente en un estímulo, en este caso la carga física, que rompe el equilibrio en el que se encuentra el cuerpo, llamada homeostasis.
El cuerpo tiende a buscar mantener el equilibrio. Si se produce un estímulo suficientemente estresante, se produce la fatiga, lo que haría bajar el nivel de rendimiento si hablamos de deporte.
La tendencia del cuerpo a mantener el equilibrio hace que se produzca una compensación, en la que, si el estímulo ha sido suficiente, a veces produce que el rendimiento supere el nivel inicial, lo que se conoce como supercompensación.
Una vez hemos llegado a un nivel de rendimiento más alto que el nivel inicial, sino se produce otro estímulo, esta mejora se perderá, efecto conocido como desentrenamiento.
Entender este principio es muy importante para mejorar el rendimiento deportivo, puesto que, si esta supercompensación no se diera, no existía ninguna mejora.
Este principio también está ligado al principio de recuperación, ya que es necesario que se produzca una recuperación de la fatiga a la que hemos expuesto al organismo para que exista supercompensación.
El entrenamiento se basa en aplicar los estímulos correctos antes de que se produzca el desentrenamiento, y así aprovechar la supercompensación de cada estímulo o entrenamiento.
Hay que ajustar muy bien el entrenamiento, puesto que si el cuerpo no recupera correctamente, se puede dar el efecto contrario. Al no recuperar el rendimiento bajará, lo que conocemos como sobreentrenamiento.
Para evitar este problema y optimizar la recuperación, podemos optar por la glutamina que nos ayudará a reducir el tiempo entre entrenamientos.
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Escrito por Jose Antonio Corbeto